PARQUE ARQUEOLÓGICO DE SAN AGUSTIN

PARQUE ARQUEOLÓGICO DE SAN AGUSTIN
Templete funerario del monticulo nor-occdental de la mesita B, representa la imagen de un guerrero cuya deidad protectora es de aspecto antropozoomorfo

domingo, 9 de noviembre de 2014

 El pueblo escultor
Se sabe hoy que la base principal de su sustentación económica fue la agricultura del maíz, del maní, del chontaduro y de la yuca, sumada a actividades complementarias de pesca y caza. Evidencias de tales labores han sido comprobadas en estratos que datan del siglo VII a. C. y que explican los rasgos fundamentales de su arte escultórico, íntimamente relacionado con las concepciones cosmogónicas y religiosas. Esto contrasta notablemente con la estructura simple de sus viviendas, que eran de planta circular y de cubierta pajiza, hecho que explica plenamente Cieza de León (1518-1560), un cronista de la Conquista.
Las casas estaban construidas con materiales perecederos, por lo cual no han quedado de ellas más señales que los orificios donde se hincaron los maderos redondos que formaban sus muros y que sostenían los techos, formando recintos de tres, cinco y hasta nueve metros de diámetro, estos últimos destinados al parecer, a la morada de los jefes de la tribu o de los mohánes o chamanes. Una vivienda la formaban generalmente varios bohíos, situados a gran proximidad unos de otros. Allí tenían sus dormitorios, sus fogones, que eran tres o cuatro piedras semi-redondeadas, sobre las que colocaban las vasijas destinadas a la cocción de alimentos, cuando no empleaban las ollas trípodes, de soportes altos y macizos. También aparecen dentro del perímetro de las casas, o muy próximas a ellas, huellas de sus pequeños talleres y los lugares señalados para arrojar los desperdicios.



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